Draccus africanus

Erovigius se sacudió el polvo de la calle antes de bajar el par de peldaños que le conducían al interior de la tienducha del pesado de Rem. Empezaba a estar harto de ir corriendo cada dos por tres porque al viejo le parecía que había encontrado algo excepcional para la colección del conde, cuando la mayoría de veces sólo tenía bezoares y cagarros de tigre falsificados. Pero el conde insistía en que debía revisar todas las rarezas llegadas de más allá de las montañas, sólo por si acaso. Como él pagaba las gilipolleces que compraba, y además pagaba a Erovigius, simplemente no se quejaba mucho. O al menos no delante del conde.

Entró en la tienda, y nada más hacerlo se golpeó en la cabeza con algo que había colgado y que no quiso identificar. Ideal para mejorarle el humor. Cuando vio a Rem no pudo más que ladrarle en vez de hablarle.

-Dime ya qué tienes para que pueda irme a buscar algo mejor. O sólo irme.

Rem le sonrió confiadamente, algo bastante extraño en él.

-Cuando lo veas querrás que me case con tu hija favorita.

-Sólo tengo hijos favoritos, pero como tú quieras.-El que Rem estuviera tan contento le ponía aun de peor humor. Vio cómo se metía por el pasillo de la trastienda mientras le hablaba.

-Lo trajo un primo de mi cuñado de uno de sus viajes. Me dijo que venía de más allá del Nilo, en África.

-¿Hay algo más allá del Nilo? -dijo Erovigius, mientras intentaba ubicar el Nilo, y cuando no obtuvo resultados, haciendo lo propio con África.

-Eso parece. Aunque si te soy sincero creo que… -su voz se perdió entre la marabunta de objetos inútiles de la tienda.

-¿Qué?

-Que igual me engañó, no lo sé. Una cosa así es difícil saber de dónde viene -Rem reapareció con un paquete inmenso envuelto en tela-. Mira, mira…

Lo desenvolvió poco a poco, mientras miraba a la cara a Erovigius, como un niño que le tira una rana muerta a una niña sólo para ver cómo grita. Delante de sus ojos fue apareciendo lo que parecía una calavera de piedra, más grande que la de una vaca, y con unos dientes enormes, más que los de un lobo. Pero Erovogius no vio eso, sino la enorme suma de talentos que se iba a embolsar en cuanto el conde lo viera.

-¿Un dragón? ¿En serio? -era pura avaricia lo que acompañaba a su voz.

-¿Impresionante, eh? -Rem estaba increíblemente ufano-. Nunca había visto uno así por aquí, supongo que tanto matarlos y perseguirlos por parte de los príncipes habrá hecho que los que quedaban se fueran bien lejos. Pero hoy en día no hay sitio donde no llegue un buen comerciante.

-Sí, sí… aunque parece un poco pequeño, ¿no?

-Bueno, no creo que los dragones nazcan con su tamaño de adulto…Pero bueno, ¿tú que sabes cómo de grande es un dragón?- preguntó Rem irritado.

-Mi abuelo me dijo que en las montañas, cuando él era pequeño, habían encontrado un hueso de más de cinco metros en un huerto. A mi me parece eso un hueso de dragón, y más grande que éste. -Erovigius quería la calavera, pero si Rem pensaba que iba a saber más de dragones que él, iba listo.

-Pues sería otro tipo de dragón, ya sabes que hay acuáticos y todo eso. Este debe ser distinto del grande, o una cría de dragón. Pero bueno, ¿lo quieres o no? -Rem se iba irritando por momentos, sabía que podía venderle el dragón a cualquiera, así que tampoco quería regatear mucho.

-Si te lo compro el conde querrá más, estoy seguro. ¿Puedes montar una expedición para encontrar uno vivo? ¿Es de confianza el tipo que te lo vendió?

-Creo que sí, podríamos hablarlo, todo depende de lo que el conde quiera pagar…

Y así es como se formó la primera expedición a África en busca de dinosaurios. Como nunca regresaron con el ejemplar vivo de dragón que fueron a buscar todo el mundo asumió que habían muerto en las garras de uno de esos monstruos, o tal vez achicharrados por su fuego. Lo cierto es que el guía que les llevaba por el desierto les robó y abandonó en medio del ídem, muriendo al poco tiempo de sed e insolación. Sin duda, la primera muerte era mucho más épica.

7 comentarios:

aningunsitio dijo...

Está muy bien escrito. Me gusta mucho tu estilo. Eres buena, ¿no has pensado en escribir más textos, no digo ya profesionalmente sino por entretenimiento? ¿O sí y tienes algunos guardados por ahí?

Mi pregunta es: ¿tiene un fondo histórico? Es que he buscado Erovigius y no me sale nada. No sé, soy muy crédulo, pero me parece coherente que buscando dragones encontraran finalmente los dinosaurios en África.

Esquince dijo...

Y OJO

el texto es tan bueno como largo

Vigilemos con el límite de 450 palabras, por favor.

Y sí, queda rancio, pero es lo que hay en las bases y nadie lo discutió cuando se pedía consensuar las normas del blog! Luego no digáis que no os di la oportunidad! XDDD

Madame Blavatsky dijo...

Tiene un halo muy a lo novela fantástica que me gusta, sin olvidar el toque del bezoar XD.

Sí, estoy de acuerdo, parece plausible, porque si no, ¿de qué otro modo se iban a interesar en ese tema? Y sin duda, el imaginario de los dragones salió de alguna parte.

Ahora sabemos por qué te empeñabas en el tema de los dinosaurios ;)

Clementine dijo...

Pido perdón y entono el mea culpa. Según iba escribiendo me daba cuenta de que era más largo de lo que debía, pero hasta que no lo he visto colgado no me he dado cuenta de lo mucho que me he pasado :(

Y si, tengo una novela de 2500 páginas escondida en un cajón que le daré a un editor el día antes de morir para que se forre él en mi nombre. (mode ironic OFF)
Ahora en serio, no ens flipem amb les meves habilitats xD
Lo de Erovigius es un homenaje, no se me ocurría ningun nombre medieval y me vino este. Pregúntale a la Tere :P
Y lo de los dinosaurios/dragones es algo que dijo el gran Paco: para los medievales existían los dragones tan seguro como salía el sol. Si aparecía un hueso de 5 metros, tenía que ser de alguna bestia, no? El resto es pura paja.

Y no volverá a pasar lo del límite de palabras, lo juro.

Clementine dijo...

Madame, lo escribí ayer a las 11 de la noche xD
No sé porqué me empeñé en los dinosaurios, simplemente me han gustado mucho desde pequeña. No tenía en mente hacer nada así en absoluto, de hecho empecé a escribir una cosa absolutamente diferente y sosa!

Ahora esto hasta me medio gusta.

aningunsitio dijo...

Pues si el resto es pura paja, ¡viva Onán!

hatsue-san dijo...

Que guai Clsara!!! Erovigius, Erovigius, ueeee!!!
En serio, mola molt! Ara volem una continuació!! No els matis tots al desert!

per cert, pels no historiadors: de fet, és molt possible que una escena així passes...se sap que amb les peces tallades de sílex els medievals es feien amulets per que deien que eren pedres de foc, vingudes amb els llamps...

Felicitats!