Lúgubre fustración

Sí, fustración. Ya la misma palabra es un ídem en sí misma. Esa erre maldita de más, ese equívoco incipiente y demoledor que nos asalta en los banqutes de alta alcurnia. "¡Qué fustre!" se nos escapa en plena reunión social en el palco del teatro, y sólo estamos a mitad del pograma. Y luego, en cambio, todas esas pelandruscas exhibiendo sus epéntesis carnales. Dentrífico para los dientres y el federico en la cocina que no enfría. Erre que erre, lenguaje piafante que nos ataca. ¡Jarl! Probe Miguel, esto es mu tistre. Con una daga me descorazonaría yo...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué difícil es ponunzriar la puta palarba... *sigh*

Madame Blavatsky dijo...

juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssss

es el mejor post de Esquince desde que Esquince es Esquince!!!

me parto!

"Y luego, en cambio, todas esas pelandruscas exhibiendo sus epéntesis carnales."

xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

"mi muhé dise que no sé desí la palabra federicoooooooooooo", arriba los Mojinos!