¡Bienvenido a ESQUINCE! - Blog artístico quincenal

Marc Roca Gimeno

Ayer tuve un sueno bien extraño mientras hacia la siesta junto a mi gata.

Recuerdo que acababa de comer pierogui y me senté como de costumbre a la cama para leer (ahora estoy leyendo Los Premios, una novela de Cortázar anterior a Rayuela). Después de uno o dos capítulos me empezó a llegar sueño y tuve que dejar el libro en la mesa y tumbarme. La gata se adaptó a mi nueva postura y volvió a encontrar su lugar para dormir.

En el sueño me vi a mí mismo acostado en la cama con la gata entre mis piernas. Estaba despierto, disfrutando de esos momentos de pausa donde uno se da la vuelta y saborea con placer el descanso, cuando sentí mucho calor. Le dije a la gata que se levantara y abriera la ventana. Ella obedeció y fue a abrirla. No se cómo lo hizo (fue muy natural para mí). Después volvió como si nada.

De golpe un viento huracanado entró por la ventana y los dos nos despertamos. Sentí la excitación de cuando la tormenta está a punto de desplomarse, el aire fresco estaba ocupando la habitación y me di cuenta de que la cama se levantaba del suelo y el viento la hacia girar. No se por qué pero tuve ganas de reír y de gritar. La gata me miró con unos ojos que me fascinaron y segundos después algo nos arrancó y salimos disparados de la ventana agarrándonos como pudimos. ¿Adónde íbamos? ¿Qué era lo que nos llevaba? Tuve la certeza de que siempre lo había estado esperando y de que por fin se me presentaba la ocasión.

Estábamos encima de la cama, ésta flotaba como si una mano nos sostuviera. Oí una voz en el viento que me preguntó:

-¿Y ahora hacia adónde?